¿Cuanto yoga es mucho y cuanto es poco?
¿Cuánto es mucho y cuánto es poco? Algunos sistemas de Yoga defienden la idea de que cada practicante debe escuchar a su propio cuerpo y decidir hasta dónde puede llegar, mientras que otros manifiestan que el cuerpo es como un instrumento musical y hay una sola manera de ejecutarlo correctamente. Cada sistema de Yoga o instructor hace diferente hincapié sobre el trabajo muscular, el tiempo de permanencia y el estiramiento de las ásanos. ¿Cómo, entonces, debemos guiarnos en nuestra práctica? Los Yoga Sutras, uno de los textos más reconocidos de yoga escrito por el maestro Patanjali hace casi 2000 años, nos dicen que una postura debe ser firme y cómoda, existiendo un balance para así poder meditar. Para Patanjali, el objetivo principal de la práctica del yoga es remover aquellas ‘impurezas’ de la mente (pensamientos, sensaciones, entre otras) que no te permiten percibir al verdadero observador. En su ‘sutra’ número cuatro, Patanjali explica que “cuando uno sigue identificado con las fluctuaciones de pensamiento de la mente, uno no puede estar en un estado de yoga”. Entonces, lo importante para Patanjali no es cuánto tiempo puedas estar en cierta postura, si no cuánto esa postura te permite aclarar la mente para concentrarte en observar tu verdadera esencia.
Laura Ronco, profesora de hatha yoga, yoga chino y yoga dé la voz, y coordinadora del estudio Valletierra, parece identificarse con estos pensamientos de Patanjali. Laura nos cuenta que para ella “el yoga es silencio y plenitud de la mente. La mente piensa, la conciencia observa. Las ásanos surgieron de movimientos y estiramientos naturales que los meditadores primero improvisaron espontáneamente, luego estudiaron y finalmente nombraron”, explica Laura. “No todas las posiciones, son para todo el mundo en todo momento. No hay que perder el objetivo fundamental, realizamos las posturas para lograr calmar los pensamientos y vivir desde una conciencia superior”.
En cuánto a cómo saber cuánto es mucho y cuánto es muy poco, Laura sugiere “entrar en una postura con absoluta atención en los movimientos, la respiración, el esfuerzo y la relajación de los músculos y tratando al cuerpo de manera cuidadosa, atenta y cariñosa, es un acto de concentración. Es importante tener a alguien que nos pueda orientar y guiar, queda a cada uno explorar con total apertura e inocencia, qué sistema y qué persona que se lo enseñe le resuena más internamente”.
La intención es lo que cuenta:
Para el método Anusara cuánto tiempo o con qué intensidad de esfuerzo permanecer en la postura es importante definir, pero aún más importante es que el practicante durante las posturas y por el tiempo que pueda, experimente las sensaciones y las fluctuaciones de la mente (o lo que Patanjali veía como impurezas) como regalos divinos, reconociendo que inclusive éstos son Conciencia Suprema. “La intención más elevada en la práctica de yoga paraAnusara es el alinearse con la corriente de la naturalezay mediante el poder revelatorio de la Gracia, recordar, despertar y expresar nuestra esencia que es en su totalidad divina”, explica B.J. Galván, instructora certificada en AnusaraYoga.
Al contestar la pregunta sobre qué debe determinar nuestra práctica, B.J. nos explica que es la perspectiva del practicante lo que debe determinarlo. “La clave para definir esto es el darse cuenta en qué momento uno compromete la integridad de la posturas”, dice B.J. “ParaAnusara, la integridad de la postura se mantiene cuando se la realiza con la intención del corazón de alinearse con la corriente divina y la utilización óptima de los Principios Universales de Alineamiento (disposiciones biomecánicas usadas enAnusara que te permiten alienar tu cuerpo de una manera óptima)”.
Además, B.J. nos explica que para Anusara existen tres cualidades dentro de una asana integrada que son actitud, alineamiento y acción. “Si alguna de estas tres cualidades no están expresadas en la postura, el practicante debe salir inmediatamente de la misma”, explica B.J. “Cuando realizamos una postura con integridad, en nuestro interior experimentamos una revelación y reconocemos nuestra libertad innatay naturaleza alegre, y en el exterior la postura brilla con plenitudy belleza”.